lunes, 16 de octubre de 2017

3PM


Entró a la habitación con un balde de agua fría como era la costumbre, no quería que ella se acostumbrara a tantas horas de descanso. Antes de despertarla, la miró por un largo rato, su cabello crespo que ocultaba su rostro, sus piernas firmes y su piel canela, la camiseta vieja y sucia que llevaba se ajustaba a la medida de sus curvas.
-Hora de levantarse, cariño – dijo él riéndose, mientras ella lo fulminaba con la mirada.
-¿Y es que cuánto tiempo pensás tenerme aquí? – le reclamó, mientras trataba de zafarse de las sogas que amarraban sus extremidades.
-Lo que a mí se me dé la gana, entonces portáte bien.
Puso un cuchillo entre sus muslos, aún helados de su despertador mañanero y la miró como quien cae en un abismo de luz, en lugar de vacío. Reprochó su actitud con una sola mirada y de un tirón rasgó la poca ropa que tenía. Verla atada, sudorosa y con el maquillaje corrido la transformaba en un ser cada vez más enigmático y comestible. Soñaba con tenerla en una telaraña, de la que no pudiera escapar, como un adorno.  
Apretó su nuca con fuerza, la suficiente para que ella gritara un poco y poder amordazarla, necesitaba mantenerla callada para su próximo movimiento. Los ojos de su chica recorrían la habitación, eran grandes y expresivos, como los de una muñeca japonesa, parecía conocer todos los deseos inconfesables de ambos. Su respiración agitada estremecía todo su cuerpo y él nunca la había visto tan hermosa. Tomó su rostro con una mano y con la otra haló su cabello, apretaba sus mejillas y se acercaba haciendo amague de un beso, ella sin desaprovechar la oportunidad, escupió en su rostro.
-Imbécil – le dijo, haciendo que cada sílaba se deslizara entre sus labios. Pero la única reacción que provocó fue una risa burlona y estruendosa, sabía que algo malo estaba por venir, y antes de concluir aquel pensamiento, sintió la pesada mano de él sobre su mejilla.
-¿QUÉ HABLAMOS DE PORTARSE BIEN? – gritó con dureza, la chica agachó su cabeza, encogió su cuerpo como temiendo un próximo golpe.
Rió ante el miedo de su chica y se decidió a hacerla suya para siempre. Tomó una vara de metal que ocultaba en una esquina, al final de esta, unas iniciales sobresalían. Inició el fuego con un par de periódicos y unos fósforos, y empezó a calentarlo. Soltó a su mujer de la silla y la acostó boca abajo sobre sus piernas. Ella empezó a sentir como se acercaba el metal caliente y después de eso pertenecería a ese hombre.  Afuera de su ventana un auto empezó a sonar su bocina sin detenerse, ambos empezaron a desesperarse con el sonido incesante. Él la empujó de encima de sus piernas y se asomó por la ventana. Se volteó y ella estaba de rodillas a sus pies, finalmente iba a ser suya, tomó sus muñecas con sus manos y se acercó a ella.
-Ya llegó el niño del colegio – esto alarmó a ambos y se echaron a reír, la chica se limpió a toda velocidad el maquillaje corrido.

-Te dije que habíamos empezado muy tarde hoy – le dijo ella, lo besó fugazmente, abrieron la puerta y se dispusieron a continuar su día fuera de la habitación, cerrándola con llave antes de al salir. 

lunes, 9 de octubre de 2017

Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes



Recopilado por: Elena Favilli, Francesca Cavallo


Sinopsis: Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes reinventa los cuentos de hadas. Elizabeth I, Coco Chanel, Marie Curie, Frida Kahlo, Serena Williams y otras mujeres extraordinarias narran la aventura de su vida, inspirando a niñas ?y no tan niñas? a soñar en grande y alcanzar sus sueños; además, cuenta con las magníficas ilustraciones de sesenta mujeres artistas de todos los rincones del planeta.

OPINIÓN:

Este libro recopila las historias de 100 mujeres maravillosas que se han destacado a lo largo de la historia por diferentes hazañas, logros y actos de rebeldía. Podemos encontrar princesas, reinas, deportistas, artistas, escritoras, diseñadoras de moda. Nombres que reconocemos como Malala, Elizabeth I, Serena Williams o Frida Kahlo y otros cuantos que tal vez nunca hemos escuchado, pero que no por eso van a sorprendernos menos. 
Cada historia se encuentra en forma de cuento, iniciando con nuestro amado "había una vez" y cada mujer se encuentra acompañada de una ilustración preciosa que captura la esencia de sus logros. Aquí les muestro un poquito de alguna.


Considero que este es un libro del que todos podemos aprender un poco. Aunque el título se limite para niñas rebeldes, tanto niñas como jóvenes, adultas e incluso los niños y hombres pueden encontrar algo único en el. Si eres una niña, puedes encontrar un modelo a seguir y te podrás sentir empoderada y a los niños se les puede enseñar que no todos los guerreros, piratas y gobernantes han sido hombres. Este libro pone su granito de arena de una forma preciosa a la búsqueda de la igualdad y el respeto. 
En la última página, encontramos la historia número 101, completamente en blanco para que puedas unirte a estas 100 mujeres poderosas.
Un libro que debería estar en la mesita de noche de todos nosotros.


miércoles, 4 de octubre de 2017

Instrumental - James Rhodes


Autor: James Rhodes

Título original: Instrumental. A memoir of madness, medication and music.
Páginas: 288
Autobiográfico. 

Sinopsis: La música fue su salvación. James Rhodes fue víctima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmáninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiátrica le ayudó a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. «Instrumental» son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido después de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra. Todo un tributo apasionado al poder terapéutico de la música y que aborda cuestiones fascinantes sobre cómo funciona la música clásica y sobre cómo y por qué puede cambiar nuestras vidas.

OPINIÓN: 

Después de un tiempo de inactividad en el blog y de sentirme algo desmotivada, Instrumental me devolvió todas las ganas que tenía de hablar sobre un libro, lo cual es muy curioso, porque al terminarlo quedé sin palabras. 
Este libro es doloroso, mucho. Gráfico, triste, desesperanzador y básicamente te muestra todo lo jodido que está este mundo. Sin embargo, hay algo en él que te atrapa, que te deja ver que más allá de todo lo malo, hay algo que puede salvarte la vida. En el caso de James Rhodes, fue la música. 
Algo muy curioso de este libro, es que al inicio de cada capítulo, el mismo James te propone una pieza para que escuches mientras lo lees, una especie de banda sonora por capítulo, y además, te cuenta un poco de su intérprete y de la pieza a su manera. Por si este libro no fuese ya maravilloso, ese valor agregado te atrapa aun más y hace de la lectura una experiencia mucho más íntima, te conecta con James. 
James Rhodes vivió una vida muy difícil. Sufrió abuso sexual por parte de su profesor de boxeo desde que tenía 6 años. Pero no, como el mismo James aclara, no hay que referirse a esto como abuso, sino como lo que es, una violación. Aquí el no te adorna la realidad, ni te la maquilla con palabras bonitas y rebuscadas para que no pienses mal, porque lo primero que aprendes con este libro es que las cosas como son, así sean duras, y que el estar tratando de esconder todo, solo nos lleva a ignorarlas eventualmente. 
Como es de esperarse, la vida de James solo empieza a ir en picada. El abuso de sustancia, estar interno en clínicas mentales, muchos diagnósticos, un matrimonio fallido, el resentimiento y la forma dolorosa de ver la vida lo acompañan durante años y nos lo cuenta de manera real en su libro, no se guarda nada. Pero también tiene algo que lo apasiona, que en sus palabras "le salvó la vida", la música clásica, el piano que aprendió a tocar para escapar de todos los horrores que lo atormentaban. 
Tras sufrir daños e incluso estar a punto de suicidarse, James da con personas que lo ayudan a salir adelante y de esta forma logra convertirse en el concertista que siempre soñó ser, tocando la música clásica a su manera, descomplicado y de forma que pudiera gustar a todo tipo de público, en especial los jóvenes que son los que menos quieren escuchar música clásica. Su pasión es inspiradora, única y sorprendente. 
En ocasiones pensamos que no se puede ver más allá de los problemas que estamos teniendo, que  a nosotros no nos toca el final feliz, pero historias como esta pueden hacerte ver la vida de otra manera, sé que eso hizo para mí.
Este libro es demencial, íntimo, doloroso y sumamente necesario. Lo recomiendo a ojos cerrados y seguro más adelante lo re leeré. Si tienen la oportunidad de leerlo, no lo dejen pasar.